Los Dueños del Mundo
Desde hace años,
nuestra civilización está siendo amenazada por la guerra, la devastación de los
recursos naturales, el materialismo y el caos informático. Los mayas, a partir de sus
estudios científicos acerca del universo y la absoluta precisión con que elaboraron sus
calendarios, sabían que esto iba a suceder exactamente en estos tiempos. Por eso, para
alertarnos, dejaron un mensaje escrito en piedra que contiene siete profecías. Algunas
advierten al hombre sobre los peligros de seguir con su comportamiento destructivo. Otras
son un mensaje de esperanza que habla de la actitud que debemos tomar para impulsar a la
civilización hacia una nueva era de solidaridad y armonía. Si bien los cambios
climáticos, sociales y psicológicos anunciados por las profecías sucederán de todos
modos, los mayas aseguran que una transformación en la conciencia del hombre puede
alterar esas predicciones moderando sus efectos. Pero para llegar a comprender este
legado, es necesario conocer su cultura, sus conocimientos y su manera de ver la
vida.
El arte, la ciencia y
la religión maya están basados en su relación con el sol. Creían que era la única
vía para comunicarse con Hunab Ku, su único dios, cuyo corazón y mente se encuentran en
el centro de la galaxia. Los mayas midieron el tiempo y elaboraron sus calendarios a
partir de su conocimiento exacto sobre los movimientos del sol. Descubrieron que el
sistema solar íntegro se mueve de manera elíptica en ciclos de 25.625 años, un día
galáctico. A su vez, cada 5125 años, el sol central de la galaxia envía un rayo de luz
con el que sincroniza a todos los planetas y seres vivos para conducirlos hacia una nueva
etapa de mayor armonía. También observaron que en los últimos 20 años de cada ciclo,
el sol modifica su eje de rotación y produce grandes cataclismos en la tierra. Ese
período, el katún, funciona como una bisagra; nos impulsa hacia una nueva fase
evolutiva. Utilizaron sus calendarios para predecir todos estos cambios y alinear su
comportamiento con el de los ciclos galácticos. A su vez, la pirámide de Kukulcan fue
construida como un gigantesco reloj solar que servía para ajustar los calendarios y
determinar con anticipación las variaciones de la energía en el ser humano.
Desde hace algunas
décadas, científicos de todo el mundo se trasladan hasta las ruinas de las ciudades
mayas para estudiar las fechas y números tallados en los muros y libros sagrados. De este
modo, mientras reaparecen sus conocimientos, el misterioso mensaje de los dueños
del tiempo va siendo descifrado.
Según la primera profecía, el 22 de diciembre del 2012 el sol recibirá un rayo sincronizador del centro de la galaxia con el que se iniciará un nuevo ciclo. Será el fin del mundo de materialismo y destrucción en que vivimos y el inicio de una nueva etapa de respeto y armonía. Antes de ese día, la humanidad deberá optar entre desaparecer como especie pensante que atenta contra el planeta o evolucionar hacia una nueva era de integración con el resto del universo.